El mármol del lobby de la Hail Corporation brillaba con la primera luz del amanecer cuando Alicia Thompson, una mujer acostumbrada a ser invisible, empuñaba su trapeador como cada día. Durante tres años, su rutina no había cambiado: limpiar en silencio, pasar inadvertida, escuchar sin ser escuchada. Nadie se fijaba en ella, pero ella lo observaba todo. Su capacidad de atención, perfeccionada por un pasado que nadie en el edificio conocía, fue lo que le permitió ver lo que otros ignoraban: un auto sospechoso, un chofer distinto y un grupo de hombres que no sabían fingir ser simples fumadores.

Lo que siguió rompió su anonimato para siempre. Cuando el magnate Jonathan Hail se disponía a entrar en un vehículo que no debía, Alicia gritó. Su advertencia detuvo un atentado planeado al detalle y desató un caos que aún resuena en los pasillos de la empresa. En cuestión de segundos, se convirtió en heroína, en sospechosa y, sobre todo, en un nuevo blanco.

Las preguntas no tardaron en multiplicarse: ¿cómo una conserje vio lo que un equipo completo de seguridad pasó por alto? ¿Qué experiencia se escondía en los gestos de esta mujer que parecía reconocer el lenguaje secreto de asesinos profesionales? Dentro del edificio, algunos la veneraban en susurros, otros la señalaban con recelo. En los niveles más altos, los directivos se preguntaban si no sabría demasiado.

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Jonathan Hail, agradecido pero intrigado, fue el primero en enfrentarse a la verdad. Al observar cómo Alicia describía con precisión los movimientos, los vehículos y los detalles que escapaban incluso a los expertos, comprendió que ella no era quien aparentaba ser. Alicia no era una simple empleada de limpieza. Había tenido otro entrenamiento, otra vida. Una vida que eligió enterrar para proteger a su hermano menor, Malik.

Ese sacrificio de silencio estalló cuando las amenazas llegaron a su puerta. Fotos de su hermano tomadas en secreto, mensajes oscuros advirtiéndole que se mantuviera al margen. El enemigo había identificado su punto débil, y con ello había sellado su destino: Alicia ya no podía esconderse.

Mientras la Hail Corporation lidia con la vergüenza de una seguridad comprometida y una conspiración que huele a intento de toma hostil por la fuerza, Alicia enfrenta algo aún más personal. Los mismos poderes que una vez acabaron con sus padres ahora parecen decididos a destrozar lo único que le queda.

De invisible pasó a ser el centro de todas las miradas. De espectadora silenciosa, a participante clave en una guerra de poder. Y aunque los altos ejecutivos intenten relegarla de nuevo a su puesto de conserje, lo cierto es que Alicia Thompson ya no puede volver a ser la sombra que era. Su grito no solo salvó una vida, también encendió una batalla en la que la línea entre héroe, víctima y cazadora se vuelve cada vez más difusa.

El atentado fallido contra Jonathan Hail fue apenas la primera jugada. Los mensajes, las amenazas y las piezas ocultas en la mesa muestran que hay fuerzas decididas a cambiar el rumbo de una compañía multimillonaria, aunque para lograrlo tengan que aplastar a cualquiera que se interponga.

Lo que nadie calculó fue que en esa partida entraría una mujer con cicatrices del pasado, entrenada para sobrevivir y con una sola motivación irrenunciable: proteger a su hermano. Alicia sabe que ya no puede huir, y que su vida de invisibilidad terminó. Ahora, cada paso que da, cada decisión que toma, la acerca a un enfrentamiento inevitable.

En las oficinas de cristal, todos hablan de ella: la heroína accidental, la sospechosa incómoda, la incógnita que amenaza con desestabilizar secretos enterrados. Afuera, en las calles, sus enemigos la acechan. Y en medio de todo, Alicia Thompson se prepara para lo que viene, con la certeza de que esta vez, no basta con desaparecer.

La pregunta ya no es quién quiso eliminar a Jonathan Hail, sino quién teme tanto a la verdad que necesita borrar también a Alicia. Y la respuesta, cuando llegue, podría revelar un juego de poder mucho más oscuro de lo que nadie imagina.